2 mar 2009

EDITORIAL

(Tribuna Clasista Nº 4 - feb 2009)

Parece haber transcurrido mucho más de 4 o 5 meses desde que sectores obreros y populares mantuviesen en zozobra al gobierno en todas partes. La huelga médica, las luchas sindicales de Nestlé o Papelera Atlas, de los gremios de docentes y estudiantes universitarios, los paros regionales, los levantamientos en la Amazonía y en Canchis - Cusco, las movilizaciones campesinas, todo con el telón de fondo de la crisis de corrupción ministerial y del máximo desprestigio del gobierno aprista sostenido por el fujimorismo, Unidad Nacional y UPP.

La sensación de lejanía obedece a que esa situación, de características pre-revolucionarias, se esfumó raudamente en los meses siguientes, cuando la dirigencia de las organizaciones más importantes de las masas priorizó como siempre la conciliación y la tregua al gobierno, en este caso a su nuevo mascarón de proa Yehude Simon. Es lo que ha venido sucediendo desde los tiempos de Toledo, a quien año tras año se le perdonó la vida en lugar de derribarlo, pues las cúpulas de la CGTP y la izquierda declaraban “no querer que el gobierno fracase”, mientras esperaban poder sacar partido particular de las elecciones del 2006.

Esta tradicional política de colaboración práctica con los partidos burgueses y su régimen, necesita imperiosamente de dos tipos de medidas que la burocracia sindical y política está acostumbrada a implementar. Unas son las medidas de 1 día, como el Paro Nacional del 9 de julio o la “jornada de lucha” del 7 de octubre, con las que se busca aparecer como una dirigencia combativa, pese a que el carácter testimonial y castrante de estas medidas les quita auténtico valor para la acumulación política de las masas. Otras son las operaciones electoralistas entre jerarquías, como la Coordinadora Político Social y la Asamblea Nacional de los Pueblos.

La CPS ha pretendido ser una nueva Izquierda Unida de contubernio reformista – nacionalista burgués, promovida por el PC, Patria Roja y sus satélites. Sin embargo, y pese a ser aclamado por el reformismo como su nuevo líder, el represor Ollanta Humala no ha dudado en desinflar las ilusiones de esa izquierda procapitalista, señalando que a lo más cederá algunos cupos parlamentarios en la lista del PNP.

La Asamblea Nacional de los Pueblos, proyecto publicitado como un organismo que represente a todo el movimiento obrero y popular, viene siendo desde ya una nueva operación burocrática sin participación de las bases en lucha, sin ninguna pretensión de enfrentar a la clase dominante para derrotarla, y además pensada explícitamente para integrar a “pequeños y medianos empresarios” y a “ONGs”, “sin renunciar a la democracia representativa” capitalista. En realidad, esta ANP está pensada como un nuevo armazón electoralista 2010 - 2011, indispensable para los aparatos oportunistas tradicionales, hoy débiles.

La clase obrera y el pueblo necesitamos nuestra Asamblea Popular, pero como organismo de poder. Sólo construyendo ese poder unitario de los explotados, desarrollándolo en todo el país y planteándonos derribar el dominio de la burguesía, todas las luchas sectoriales de las ciudades y del campo pueden encontrar sentido, y todo sacrificio tener una perspectiva de victoria. Impulsando la formación de asambleas populares con democracia proletaria, de sus destacamentos de autodefensa contra la represión policial y militar, exigiendo la huelga general indefinida, levantando un programa revolucionario en torno al cual crear una organización política revolucionaria de los trabajadores, que hoy no existe. Pero no malgastando y desviando las luchas hacia el callejón sin salida de la conciliación con el gobierno y del seguidismo electorero al nacionalismo burgués, bajo consignas como la Asamblea Constituyente o la Revocatoria Presidencial.

Tribuna Clasista invita a los grupos, compañeros y compañeras combativos, que consideren tener coincidencias básicas con nosotros, a que se expresen en esta revista. En este número publicamos el documento de los compañeros del “Movimiento por un Partido de la clase trabajadora de la ciudad y el campo”, que levantan una plataforma con demandas importantes.

Sin embargo, el documento tiene una orientación general hacia “la nación”, que no podemos compartir. No son “la nación” - que incluye a la clase dominante – los explotados que un partido de los trabajadores debe representar; son las masas oprimidas por el imperialismo y la burguesía lacaya. Es el frente único proletario el que debe ponerse en práctica para encarar al enemigo, y no algún frente único con eventuales sectores burgueses que puedan esgrimir una demagogia “antiimperialista”. La estrategia de la revolución proletaria impone la más estricta política de independencia de clase, si los trabajadores queremos unidad, fuerza y victorias. Es con la política revolucionaria que se marcha a la organización de un partido, sin contemplar únicamente reivindicaciones de carácter democrático o económico limitado, ni organizar políticamente a los trabajadores alrededor de una u otra fracción minoritaria de las burocracias sindicales.

Febrero 2009

PROGRAMA REVOLUCIONARIO DE ACCIÓN



CONTRA EL IMPERIALISMO, CONTRA TODAS LAS ORGANIZACIONES DE LA CLASE DOMINANTE, CONTRA LAS BUROCRACIAS SINDICALES Y CONTRA EL IZQUIERDISMO REFORMISTA PROCAPITALISTA


¡CONSTRUIR EL PODER DE TODOS LOS TRABAJADORES
PARA DERRIBAR AL GOBIERNO, AL CONGRESO
Y AL PODER JUDICIAL!
¡POR UNA ASAMBLEA POPULAR NACIONAL
Y UN GOBIERNO OBRERO, CAMPESINO Y POPULAR!


1. Para que el imperialismo no siga sangrando permanentemente a nuestro pueblo con miles de millones de dólares que pagan los explotados con su trabajo cotidiano: Desconocimiento de la deuda externa.

2. Para quebrar la sumisión ante imperialismo y ante sus lacayos burgueses: Ruptura con la OEA, el FMI, el Banco Mundial, el BID, la OMC y el APEC. Ni Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, China y otros países, ni bloques económicos de las burguesías sudamericanas (CAN, MERCOSUR, ALBA).

3. Para impedir que el imperialismo continúe saqueando el país y expoliando a los trabajadores: Expropiación de las empresas imperialistas.

4. Para detener el aumento del desempleo y el encarecimiento de los servicios públicos: Alto a las privatizaciones y concesiones. Re-estatizacion sin pago y bajo control de los trabajadores, de las empresas privatizadas.

5. Para establecer la base de una economía en beneficio de la clase obrera y el pueblo: Estatización sin pago, y bajo control de los trabajadores, de la banca y la gran empresa. Control obrero sobre la producción de todas las empresas.

6. Para que la clase dominante no amase gigantescas fortunas traficando internacionalmente con lo producido por las masas trabajadoras: Estatización del comercio exterior.

7. Para acabar con el empobrecimiento generalizado y la miseria: Salario mínimo que cubra la canasta familiar: S/. 2000. Aumento general y proporcional de sueldos y pensiones menores de S/. 2.500. Homologación de todos los servidores públicos para terminar con los privilegios y las planillas doradas.

8. Para terminar con la demagogia politiquera sobre la supuesta creación de puestos de trabajo: Plan general de obras publicas para un pleno empleo de calidad.

9. Para conquistar y reconquistar derechos fundamentales de los trabajadores: Completa estabilidad laboral. Negociación colectiva. Nombramiento de los contratados y reposición de los despedidos. Eliminación de los services. Jubilación a los 55 años. Vigencia de todos los derechos sindicales.

10. Para mejorar las condiciones de salud y educación para el pueblo: Seguro Social completo y universal. Eliminación de las AFP. Salud y Educación completamente públicas, gratuitas y de calidad, bajo control de las organizaciones populares. Un 12% del PBI para Salud y un 12% para Educación. Gobierno triestamental con mayoria estudiantil en las universidades.

11. Para empezar a solucionar el dramático problema de vivienda: Plan masivo de construcción y acceso automático a la vivienda, amortizada según las reales posibilidades del pueblo.

12. Para garantizar un acceso masivo a la movilidad: Petróleo y combustibles a precios populares. Transporte urbano estatal con tarifas mínimas y medio pasaje juvenil hasta los 25 años.

13. Para mejorar en general nuestras condiciones de vida: Tarifas mínimas en electricidad, agua, teléfono y todos los servicios públicos, bajo control obrero y popular.

14. Para soldar la alianza de la clase obrera con el campesinado en el movimiento popular: Defensa irrestricta de los cultivos de hoja de coca. Tierra, financiamiento sin usura y asistencia técnica gratuita para el campesino. Colectivización de la gran propiedad rural.

15. Para que el Estado burgués no sobrelleve su crisis a costa del nivel de vida de las masas: Ningún nuevo impuesto contra el pueblo. Exoneración de impuestos y condonación de deudas para los trabajadores, el microcomercio y la microproducción.

16. Para restituir sus derechos a los pueblos de las Regiones: Descentralización real, con canon y soberanía económica de acuerdo a las necesidades de la población, todo bajo la conducción de las organizaciones populares.

17. Para terminar con el parasitismo antidemocrático de la oficialidad militar burguesa: Eliminación del presupuesto de las FFAA y Fuerzas Policiales represivas. Fin de los millonarios despilfarros en armamento.

18. Para terminar con el parasitismo antidemocrático del clero: Eliminación de los privilegios económicos de la Iglesia Católica y de su jerarquía. Expropiación de sus propiedades para usufructo popular.

19. Para acabar con la burocracia sindical conciliadora y traidora, y contar con dirigentes que luchen consecuentemente por los grandes objetivos de todos los trabajadores: Desburocratizar la CGTP. No a la participación en el Acuerdo Nacional de la burguesía. Levantar una nueva dirección sindical clasista revolucionaria. Organizar una única Central sindical de masas sobre la base de la CGTP y la CUT.

20. Para unir a los explotados en organismos verdaderamente representativos que se vayan convirtiendo en el nuevo poder proletario: Impulsar Asambleas Populares, con delegados elegidos y revocables en cualquier momento por las bases. Centralizar las Asambleas en una Asamblea Popular Nacional para construir y asumir el poder, derribar la seudodemocracia burguesa e imponer el Estado y la democracia de los trabajadores.

21. Para defender las movilizaciones combativas de los oprimidos de la represión del Estado burgués: Organizar los destacamentos de Autodefensa de Masas, que luego se conviertan en Milicias Obreras y Campesinas. Exigir la libertad incondicional para todos los detenidos y presos políticos. Por la eliminación del Ejército y la Policía burgueses mediante la toma del poder.

22. Para que el pueblo se administre justicia a sí mismo, e impida la impunidad que persiste en la represión y en todos los delitos y crímenes de la burguesía: Crear Tribunales Populares realmente representativos, con miembros elegidos y revocables en las Asambleas Populares.

23. Para establecer un gobierno que nos represente verdaderamente a los trabajadores, que expropie a los imperialismos, a las burguesías extranjeras y a la burguesía peruana, encabezando un Estado de los Trabajadores: Fuera el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial. Huelga General Indefinida. Luchar por un Gobierno Obrero, Campesino y Popular.

24. Para generar una nueva dirección política de los trabajadores; para deslindar con el oportunismo de las organizaciones reformistas, que atan a las masas a los intereses de cualquier sector de la burguesía mediante su política de conciliación de clases en “frentes populares, progresistas y de izquierda"; y para asegurar el triunfo histórico de los trabajadores sobre la clase dominante, en éste y en todos los países: Construir un partido obrero revolucionario, leninista - trotskista, que sea sección de una Internacional obrera revolucionaria - partido mundial de la revolución socialista.

25. Fuera tropas imperialistas de Irak, de Afganistán, de Medio Oriente, de Bosnia, Kosovo, Chad, Costa de Marfil, Haití, Georgia y de todos los países semicoloniales. Cierre de todas las bases imperialistas, empezando por la de Guantánamo. Combatir a la ONU, cónclave de los amos imperialistas. Derecho de autodeterminación nacional para los pueblos oprimidos y colonizados. Destrucción del Estado Sionista de Israel y creación de una Palestina laica, multiétnica y socialista. Por una Federación Socialista de América Latina. Por la Revolución Socialista Mundial.

Enero 2009
Colectivo Revolución Permanente en el Perú

¡Por el camino de Lenin y Trotsky!

NUESTRA TAREA: DERRIBAR EL CAPITALISMO
NUESTRO OBJETIVO: EL SOCIALISMO
NUESTRA ESTRATEGIA: LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL

Declaración sobre el genocidio en Gaza (COREP Enero 2009)



¡Victoria de la resistencia palestina!

¡Cese inmediato de la ofensiva de Israel en Gaza!
¡Abajo el sionismo y el Estado colonial!
¡Palestina socialista!

Nuevos actos de barbarie contra los palestinos
Los tanques y las tropas sionistas acaban de invadir la Franja de Gaza, después de 8 días de bombardeos intensos en un pequeño territorio muy denso donde están encerradas más de un millón de personas. Pretextando algunos tiros de cohetes artesanales, un ejército sobreequipado interviene fuera de su territorio después de haber destruido una gran parte de las infraestructuras: todos los locales administrativos y también una Universidad, escuelas, carreteras, una clínica... Habría matado ya a 500 palestinos y habría herido a más de 2000. Los hospitales no pueden darse abasto. Para impedir los testimonios sobre su crueldad, el Ejército israelí prohibió a los periodistas y a los diplomáticos entrar en Gaza.

El Gobierno de Olmert, un personaje convicto de corrupción, opera con el apoyo explícito de la administración Bush y el implícito de Obama, según una entrevista concedida por su consejero mientras el futuro Presidente jugaba al golf en Hawai:

Eh.. bien, es cierto que el Presidente elegido es consciente de que existe una relación particular entre Israel y los Estados Unidos. Es un vínculo importante, una relación importante. Y piensa respetarla... Está claro que esta situación es aún más complicada estos dos últimos días, o incluso estas últimas semanas. Como Hamas reanudó los lanzamientos de cohetes, Israel respondió. (David Axelrod, CBS, 28 de diciembre de 2008)

Para preparar su nueva masacre, Israel había acentuado el bloqueo con la complicidad del Gobierno Moubarak de Egipto, que cerró su frontera en Rafah. Debido al bloqueo israelí, el desempleo estaría afectando a un 50% de la clase obrera y la Franja de Gaza depende de la ayuda internacional (en la medida que Israel lo tolera). La población sufre cortes de electricidad de 10 horas al día y sólo tiene agua una vez por semana. Gaza carece totalmente de medicamentos y la desnutrición crece.

Israel está basado en la colonización y genera inevitablemente la guerra
Pretextando la exterminación de judíos europeos por el nazismo, los sionistas, que habían buscado acuerdos con Hitler, recurrieron después de la Segunda Guerra Mundial al terrorismo en Palestina y la colonizaron, con el apoyo de las grandes potencias como los Estados Unidos y la URSS, que no habían hecho nada contra el antisemitismo criminal del Estado alemán y de sus comparsas como el Estado francés.

El Estado fundado en 1948 transformó a una pequeña parte de los judíos del mundo en opresores. Transformó a los antiguos habitantes de Palestina y a sus descendientes en ciudadanos israelíes discriminados y en habitantes de dos grandes guetos separados por Israel (la Franja de Gaza y Cisjordania) que están bajo su amenaza militar permanente; en refugiados oprimidos en campos mal tolerados por los Estados burgueses árabes vecinos, donde fueron destrozados desde todas partes por la reacción árabe en un momento u otro (Líbano, Jordania, Siria).

Israel es una sociedad capitalista con una economía de transfusión y fuertes desigualdades, con características militaristas, clericales y racistas. Israel, que posee "armas de destrucción masiva", construye en los "Territorios de la Autoridad Palestina" un muro que confisca aún más tierras y obstruye la economía de esos territorios. La colonización continúa en Jerusalén y Cisjordania. Cada año, el ejército de ocupación mata a cientos de palestinos, algunos miles son arrestados, algunos cientos de miles son humillados.

Toda la experiencia prueba que la coexistencia de dos Estados supuestamente iguales (Resolución 1397 de la ONU) es una superchería, puesto que en la práctica, uno de ellos (Israel) bloquea la economía del otro (los Territorios de la Autoridad Palestina), mordisquea su territorio, desplaza y secuestra a sus nacionales, le impone guerras periódicas no declaradas: en el 2001, 2002, 2006 y 2009. Israel también invadió el Líbano de 1996 a 2000 y luego de nuevo en el 2006.

El callejón sin salida del nacionalismo árabe y del islamismo
Los palestinos han sido hasta el presente llevados al error por organizaciones controladas por la burguesía palestina, sujetas a los Estados vecinos (Egipto, Irán, Irak, Siria...). Debido a las traiciones de la burocracia de la URSS, y a la subordinación a la burguesía local de los partidos "comunistas" de Palestina y del resto de los partidos estalinistas de Medio Oriente, los Palestinos nunca han poseído un partido obrero revolucionario e internacionalista capaz de dirigir la lucha nacional, basándose en la clase obrera y el campesinado pobre de toda la región.

Cuando Palestina devino una llama revolucionaria al final de los años sesenta, todos los componentes de la OLP (Fatah, FPLP, FDLP...) se engañaron con el terrorismo pequeño-burgués (secuestro aéreo, asesinato de deportistas...), negándose al mismo tiempo a luchar por la caída revolucionaria de los regímenes árabes vecinos, todos partidarios del capitalismo y enemigos de la clase obrera. El resultado fue que las tropas de la monarquía de Jordania, las bandas fascistas del Líbano y la soldadesca del régimen del Baaz, por turno, aplastaron a los combatientes palestinos y destrozaron a los refugiados de los campos. Cuando las masas palestinas, incluyendo a las mujeres y a los jóvenes, se alzaron espontáneamente en diciembre de 1987 (Intifada), la OLP se comprometió con el reconocimiento de Israel, bajo la presión de la URSS que multiplicaba entonces las concesiones a los Estados Unidos:

Durante una reunión en el Kremlin con Yasser Arafat, el Presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, el Sr. Gorbachov mencionó los derechos de Israel en sucesivas ocasiones en los términos siguientes, según la Agencia Tass: "el pueblo palestino tiene el derecho a la autodeterminación en la misma medida que el pueblo de Israel". (The Nueva York Times, 11 de abril de 1988)

Basados en las sucesivas derrotas de los palestinos, en la restauración del capitalismo en Rusia y China, los Estados Unidos, las otras potencias imperialistas y el régimen egipcio de Moubarak exigieron en nombre de la ONU el reconocimiento de Israel. En 1993, a cambio de un seudo-Estado, Arafat y Fatah capitularon ante el imperialismo para luego derogar la "Carta Palestina" en 1996. El FPLP y el FDLP siguieron siendo miembros de la OLP junto con el Fatah después de esta traición histórica.

De allí proviene el desarrollo de Hamas (ex - Hermanos Musulmanes), un partido clerical y racista que rechaza toda presencia de judíos en Palestina (aunque allí siempre ha existido) y que se ha mostrado más eficaz reprimiendo a las mujeres, a los trabajadores y a los jóvenes en la Franja de Gaza, que contra el ejército sionista. En realidad, el partido clerical acepta también la colonización de la mayor parte de Palestina, a condición de que se limite a las fronteras de 1967.

"Aceptamos un Estado palestino en las fronteras del 4 de junio de 1967...", afirmó Mechaal en Damasco. Respondía así a las propuestas de Jimmy Carter. El ex - Presidente norteamericano emprendió la semana pasada una gira a Oriente Próximo destinada a convencer a Hamas de que apoye las negociaciones de paz israelíes - palestinas. (Le Figaro, 24 de abril de 2008)

En los países imperialistas, ya corrompidas las direcciones sindicales, los partidos resultantes del estalinismo y los partidos socialdemócratas apoyaron a la ONU. Sus guardaflancos seudotrotskistas capitularon ante el islamismo (morenistas, cliffistas, pablistas, lambertistas....) o ratificaron la colonización sionista (grantistas, hardystas, pablistas, altamiristas, robertsonistas...).

Tanto el Fatah de Abbas como el Hamas de Mechaal son incapaces de convocar a los trabajadores judíos así como a los trabajadores árabes, persas, turcos y kurdos de la región, ya que son ambos partidarios de la propiedad privada de los capitalistas y grandes propietarios de bienes inmuebles.

Los Hermanos Musulmanes durante años fueron alentados por Israel contra la OLP. Hamas, su resultante, es financiado por el régimen capitalista y reaccionario de Arabia Saudí, aliado de los Estados Unidos, opresor de las mujeres, explotador innoble de los trabajadores inmigrantes (entre ellos los palestinos), y por el régimen capitalista y clerical de Irán que apoyó la intervención imperialista en Irak, que oprime a sus minorías nacionales (incluidos los kurdos), que reprime las huelgas obreras y propaga el antisemitismo.

Los cohetes lanzados por Hamas desde Gaza afectan a la población civil de Israel. Estos últimos años, las milicias del Hamas, Fatah, el FPLP y el FDLP también han recurrido a atentados suicidas contra la población civil judía, en vez de armar a la población palestina y movilizar a los trabajadores egipcios, libaneses, jordanos, sirios...contra el ejército sionista y contra los regímenes árabes cómplices.

Por el frente único obrero en defensa de los palestinos
No hay ninguna igualdad entre un Estado que coloniza, que bloquea, que bombardea y que invade, y un pueblo oprimido que se defiende mal que bien. Ninguna confianza puede ser concedida a la ONU que ha reconocido la colonización desde 1948, a Estados Unidos (que financia y arma a Israel), a la Unión Europea (en la que sus principales miembros arman a Israel), ni a Egipto, Katar, Turquía...

Para defender a los palestinos, los trabajadores y las trabajadoras deben exigir la solidaridad urgente y efectiva de todas las organizaciones obreras de todos los países, para manifestarse en Israel mismo y ante las Embajadas de Israel del mundo entero, por el cese inmediato de la intervención militar, por impedir la entrega de armas a Israel, por proporcionar comida, medicamentos y equipos a la población, y ayudar por todos los medios a los combatientes palestinos:

¡Retirada inmediata de los tanques y tropas israelíes! ¡Cese inmediato de los bombardeos en Gaza! ¡Supresión del bloqueo de Gaza y Cisjordania!

¡Destrucción del muro del apartheid! ¡Liberación de todos los presos palestinos!

¡Ningún arma, ninguna ayuda militar a Israel! ¡Retirada de las tropas imperialistas de Líbano e Irak! ¡Cese de las amenazas imperialistas hacia Irán y Siria!

La mejor ayuda a los palestinos es la lucha para derrocar al Gobierno belicista de Israel y a los Gobiernos que, en los Estados Unidos, Europa, Medio Oriente, sostienen al Estado sionista.

Por una Palestina unificada, laica, multiétnica; por la revolución socialista en Medio Oriente
El fin de la opresión nacional y del racismo antiárabe, el derecho a la vuelta de todos los refugiados, la igualdad de los derechos para todos los que quieren vivir en Palestina, judíos y árabes, hombres y mujeres, cristianos, israelíes, musulmanes y ateos, pasan por el derribamiento del Estado sionista y por la instauración de una Palestina laica y multiétnica en todo el territorio de Palestina. Esa Palestina sólo podría nacer bajo la forma por un Estado de obreros y campesinos, porque la única clase capaz de realizar esta obra histórica es el proletariado, porque el único método es la revolución socialista y la única perspectiva viable para tal Palestina es la creación de la Federación Socialista de Medio Oriente.

Por eso es necesario que las trabajadoras, los trabajadores y los jóvenes árabes de la Palestina ocupada y de los "Territorios" rompan con Fatah y Hamas, que los traicionaron y los traicionarán más, para construir un partido obrero revolucionario que atraerá a las trabajadoras y a los trabajadores hebreos que rechazan el sionismo, que establecerá vínculos por una Internacional obrera revolucionaria, con las trabajadoras y los trabajadores de Egipto, Turquía, Irán, Irak...y también con los de Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, España...

¡Proletarios de todo el Medio Oriente, únanse!

05 de enero de 2009

Colectivo Revolución Permanente
(Francia, Perú, Austria)

http://www.revolution-socialiste.info/CoReP.htm

Sobre la Independencia Política del Proletariado (I)


“Reformistas hay en todos los países pues la burguesía trata por doquier de corromper de uno u otro modo a los obreros y hacer de ellos esclavos satisfechos que no piensen en destruir la esclavitud”

(Marxismo y reformismo 1913 – V. I. Lenin)

Que el capitalismo ha llevado a la humanidad a una crisis generalizada es un hecho que nadie en su sano juicio sería capaz de cuestionar, que las crisis financieras no son accidentes del sistema sino manifestación de sus contradicciones internas sólo la burguesía parásita y sus voceros pueden negarlo como quien tapa el sol con un dedo. El capitalismo en descomposición y las crecientes penurias que significa para los trabajadores del mundo han creado las condiciones objetivas para que el Proletariado internacional sea cada vez menos tolerante frente al dominio burgués empujándolo a asumir progresivamente su papel como la clase más revolucionaria de la historia. Sin embargo, un obstáculo que se interpone y retrasa el proceso de concientización y organización revolucionaria de los trabajadores son sus dirigencias traidoras que permanentemente los conducen por caminos conciliadores y reformistas promoviendo “salidas” inscritas dentro de la “sacrosanta” legalidad burguesa que conllevan a la parálisis y retroceso del movimiento obrero.

Si aceptamos que más un siglo de lucha proletaria ha permitido acumular numerosas e importantes lecciones políticas, entonces lo más lógico será evaluar la evidencia concreta y no comenzar de cero pretendiendo reinventar la pólvora.

Ebullición social sin dirección revolucionaria:
En el Perú, Latinoamérica y el mundo los últimos años se han venido produciendo cada vez más frecuentes e intensas manifestaciones de lucha del Proletariado, como consecuencia de las condiciones objetivas que hace bastante tiempo han alcanzado el punto de maduración necesario para obligarlo a salir del desconcierto en que se sumió luego de los triunfos de la restauración capitalista.

Enfoquémonos por un momento en el caso peruano, sobre el despertar del movimiento de masas podemos afirmar enfáticamente que todas las movilizaciones, huelgas, tomas de puentes y carreteras que los últimos años remecieron la escena nacional han carecido de la influencia efectiva y directa de una o más organizaciones verdaderamente socialistas o comunistas, encontrándose huérfanas de la ideología y la estrategia que hubiese permitido convertirlas en fermento de un incontenible ascenso revolucionario.

Por desgracia hoy la gran mayoría de elementos que deberían estar al servicio de la Revolución proletaria si tomamos en serio su discurso, se encuentran hundidos en el sectarismo o sirven como braceros dentro de las maniobras oportunistas del reformismo en su afán desesperado por anexarse a un cuerpo político mayor y establecer cierta presencia crítica, es decir, su incapacidad para trazar una vía de real avance revolucionario los ha llevado a jugar el triste papel de “rebeldes” estériles o peones desechables.

Por su parte los burócratas de la CGTP y la CUT vienen boicoteando la creciente disposición combativa de las bases, adoptando una política colaboracionista verificable en su participación dentro del reaccionario Acuerdo Nacional y luego en la Coordinadora Política Social, así como en su permanente negativa a llamar a la huelga general indefinida.

La lección Bolchevique:
Una muestra de la incuestionable importancia que tiene la independencia política de clase para la marcha exitosa del Proletariado hacia su emancipación constituye la línea política Bolchevique, la cual a pesar de surgir en un contexto histórico donde era posible reconocer la presencia de sectores burgueses relativamente progresistas en relación al absolutismo Zarista, siempre tuvo como premisa fundamental una clara definición clasista a diferencia de los mencheviques. Lenin supo ver tempranamente que la coexistencia de estas dos fracciones al interior del POSDR era simplemente inaceptable, cualquier intento de conciliación entre ambas hubiese significado sacrificar el norte político revolucionario.

Las aspiraciones Bolcheviques nunca estuvieron encadenadas a los intereses de la burguesía, tal como sucedía con los mencheviques quienes argumentaban que el atraso del país representaba un obstáculo para que el Proletariado condujese la Revolución Rusa; para ellos la única alternativa “real” era colocarse a la cola de la burguesía liberal. Totalmente opuesto a esta concepción se encontraba Lenin quien tenía puesta la mirada en el establecimiento de una dictadura democrática proletaria campesina, consiente que la burguesía rusa era incapaz “…por su situación de clase, de librar una lucha decisiva contra el zarismo…” ya que tenía “…demasiada necesidad del zarismo, con sus fuerzas policiaco-burocráticas y militares, contra el Proletariado y los campesinos...”. (Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática - 1905)

León Trotsky por su parte llevó más lejos su tendencia clasista, para él era incorrecto pensar que los campesinos desarrollarían un papel político dirigente dentro de la Revolución, señalando categóricamente que era el Proletariado quien tenía la obligación de realizar todas las tareas democráticas pendientes a través de su dictadura.

El stalinismo por décadas diseminó el mito del presunto antagonismo entre Lenin y Trotsky. Al respecto este último absolvió cualquier duda legítima o maliciosa en numerosas oportunidades, citemos sólo una de ellas considerando que viene al tema que nos atañe ahora: “La fórmula de ‘gobierno obrero y campesino’ aparecida por primera vez en 1917 en la agitación de los bolcheviques fue definitivamente admitida después de la insurrección de Octubre. No representaba en este caso más que una denominación popular de la dictadura del Proletariado, ya establecida. La importancia de esta denominación consiste sobre todo en que ponía en primer plano la idea de la alianza del proletariado y de la clase campesina colocada en la base del poder soviético”. (Programa de Transición - 1938). Más claro ni el agua.

Sin bien ambos líderes, habían planteado dos proyecciones distintas respecto a la revolución venidera, ambas por su esencia estaban destinadas a unificarse y así sucedió; la posición indoblegable de Lenin sobre la necesidad de contar con un Partido sólido, disciplinado, con un discurso y una línea de acción intolerante con el oportunismo conciliador era perfectamente compatible con la clara definición hecha por Trotsky del carácter de clase de la Revolución: ¡No había antagonismo! Fueron estas contribuciones revestidas de sentido internacionalista las que colocaron al Proletariado ruso en condiciones de coronarse con la victoria y de aspirar a convertirse en artífice de la chispa que encendería la llama revolucionaria por toda Europa y el mundo.

El 24 de abril de 1917 en medio del repudio popular a una guerra que había cobrado millones de vidas, se realizó la VII Conferencia Bolchevique más conocida como "La Conferencia de Abril", en la que se llamó a luchar contra el gobierno provisional levantando las históricas consignas: "paz, pan y tierra" y "entregar todo el poder a los Soviets”. Los hechos siguientes demostraron más allá de cualquier duda que la independencia ideológica, política y programática era la clave para construir el poder de los trabadores e iniciar las transformaciones hacia la sociedad comunista.

Destruir el poder de la burguesía, sin pactos ni concesiones:
La historia demuestra que en los países coloniales y semicoloniales la tarea de liberación nacional únicamente puede ser realizada por el Proletariado y su vanguardia. Allí donde las revoluciones anticoloniales corrieron a cargo de sectores “progresistas” burgueses y no sirvieron para destruir el capitalismo la sumisión al imperialismo jamás fue quebrada del todo y las aspiraciones de las masas continuaron siendo postergadas.

Luego de la Segunda Guerra Mundial se llevaron cabo diversos proyectos “hacia el socialismo” y de liberación nacional, mismos que colocaron el poder en manos de cúpulas burocráticas al mando de regímenes policiacos o de nacionalistas que finalmente recomponían el orden burgués cuando éste se había desarticulado por acción de las masas.

Las derrotas del Proletariado internacional ubicables en una de estas dos catastróficas formas fueron consecuencia directa de la ausencia de una dirección políticamente independiente, hostil hacia cualquier forma de conciliación con la burguesía. Por ello nuestra consigna debe ser: combatir con toda energía a quienes autoproclamándose revolucionarios continúan brindando su confianza a supuestos sectores “progresistas” burgueses, a quienes colocan mil y un obstáculos a la Revolución, a quienes obnubilan a las masas con la idea de forjar un bloque antiimperialista policlasista, en definitiva a quienes velan de una u otra manera por la perpetuación del orden burgués. La política a desplegar no es otra que la del frente único proletario en contraposición al frente único antiimperialista planteado por los “socialistas” capituladores, quienes creen que coaligándose con ciertos sectores de la burguesía nacionalista están abonando el terreno donde en algún distante futuro germinará la semilla revolucionaria. En esa línea, todo comunista debe asumir la responsabilidad de repudiar cualquier forma de revisionismo sobre el papel del Proletariado como director de la Revolución. (Continuará en TC Nº 5 Mayo 2009)

Autor: Carlos García / Email: carlos_snm@yahoo.es